Acuerdo Compromisorio (Acuerdo Especial 2008), Guatemala – Belice

El Acuerdo compromisorio Guatemala – Belice concretado el 8 de diciembre del 2008 fue un acontecimiento trascendental y sin precedentes para las relaciones de ambos países, el cual se concretó en la sede de la OEA. Infórmate sobre los objetivos alcanzados por cada una de las partes firmantes y sus consecuencias en materia de reclamo territorial, insular y marítimo.

Índice
  1. Introducción
  2. Antecedentes de este conflicto territorial
  3. Acuerdo Compromisorio Guatemala – Belice
  4. ¿Cuál es el nivel de compromiso contraído por las partes en el Acuerdo Especial de 2008?
  5. ¿Cómo se espera alcanzar un resultado para este conflicto?
  6. Análisis y conclusiones sobre el Acuerdo Compromisorio Guatemala – Belice

Introducción

El Acuerdo Compromisorio entre Guatemala y Belice ha tenido momentos claramente definidos a lo largo de su desarrollo histórico, destacándose básicamente tres de ellos: 

El primero corresponde a su origen, arraigado en los acontecimientos que se desarrollaron durante la época colonial, cuando la corona española compartió el territorio conquistado con el imperio británico.

El segundo de ellos estuvo marcado por las consecuencias del usufructo de regiones que por sucesión natural le corresponden a Guatemala con la herencia de un conflicto de intereses entre esta nación y Belice, a causa de que los británicos se retiraron sin aclarar los límites territoriales, marítimos e insulares, correspondientes para cada una de estas naciones.

En tercer lugar están las posiciones asumidas por Guatemala y Belice tras la incidencia de la convención de 1859, las cuales son rígidas y sin ánimos de ceder nada de su territorio, generando una controversia a pesar de que se han vislumbrado diferentes soluciones alternativas.

Aquí haremos un breve recorrido por momentos trascendentales en el desarrollo de los sucesos históricos que han desembocado en la firma del Acuerdo Compromisorio entre Guatemala y Belice, con el cual aún no se ha logrado llegar a una solución definitiva, pero se han dado importantes pasos para que esta sea alcanzada en muy poco tiempo.

Es oportuno añadir que si bien es cierto que se trata de un problema añejo, que se ha venido ventilando por más de ciento cincuenta y siete años sin alcanzarse una solución equitativa para ambas partes afectadas, con la firma de este acuerdo se ha logrado una convivencia armoniosa entre ambas naciones, además de su compromiso legal de someter sus diferencias a la decisión de una Corte Internacional de Justicia.

Antecedentes de este conflicto territorial

Antiguamente, el territorio correspondiente actualmente a Centroamérica era parte del virreinato de Nueva España y, por ende, una entidad bajo el dominio del imperio español que a su vez se encontraba enfrentando conflictos con Inglaterra a nivel del Atlántico.

Fueron numerosos los ataques sufridos en las embarcaciones españolas por parte de los piratas ingleses, quienes además emplearon las costas de la actual Belice para refugiarse.

Prácticamente este fue el inicio del conflicto heredado por Guatemala y Belice; evento registrado por el historiador guatemalteco Alberto Herrante de la siguiente forma:

“… Por la Paz de París de 1763, la corona española se comprometió a no molestar a los súbditos ingleses en la corta de palo de tinte; pero no habiéndose señalado ninguna circunscripción territorial para este objeto.…”

“Nuevamente envueltos en guerra España y Francia contra Inglaterra con motivo de la independencia de los Estados Unidos, en la Paz de Versalles de 1783 se hizo una severa limitación del territorio que deberían ocupar los ingleses para el exclusivo propósito de la corta del palo de tinte, del río Hondo al río Belice, que es el origen de la ocupación británica sobre Belice”

Con esto queda claro que España, para evitar este hostigamiento inglés, le hizo dos concesiones a la corona británica con el fin de que pudiesen extraer maderas valiosas de este territorio, las cuales se concretaron en los años 1783 y 1786 respectivamente.

A causa de que España se mantenía librando guerras para evitar la independencia de los Centroamericanos, los británicos se fueron extendiendo, sobrepasando los límites del territorio concedido.

La Corona inglesa para aquella época ostentaba una condición de potencia mundial y se mantenía interesada en ampliar su imperio, por lo que no cumplió con el convenio de usufructo. De hecho, lo ignoró y transgredió en beneficio propio, sin respetar el ámbito jurídico internacional ni tampoco el hecho de que se trataba de un territorio perteneciente a la Capitanía General de Guatemala.

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Si bien la condición bajo la cual es otorgado el usufructo se refería a la utilización del territorio y su explotación, en ningún momento se estableció que Inglaterra fuera el dueño de esta región y menos aún que se extendiera, más allá de los límites que le fueron determinados para aquel entonces.

Ante esta situación el estado de Guatemala prácticamente se mantuvo inerte y sin reacción por algunos años más, hasta que decidió que era momento de emprender la defensa activa de los intereses y la soberanía de su territorio, recuperando lo que por ley le corresponde.

Esto conllevó a que en el año 1859 se iniciara una disputa en torno al reclamo por parte de Guatemala, una vez independiente, acerca de su derecho sobre aproximadamente 11 030 km² del territorio bajo la jurisdicción de Belice, al igual que varias islas e islotes.

Guatemala planteó en aquella fecha el reclamo de la propiedad de las regiones que se extienden desde las inmediaciones del río Sarstún hasta el río Sibún; alegando que estos terrenos le correspondían a su nación por derecho.

También alegó que la superficie adjudicada a Belice debía ser la comprendida en el Tratado de París de 1783, de unos 4802 km² más otros 1883 km², tras la concepción del año 1786.

Todo esto sumado al territorio propio de Belice, estimado en unos 4323,964 km² y considerando las tierras concedidas por España a Gran Bretaña, anteriormente mencionadas.

En conclusión, la superficie restante no reconocida por derecho como perteneciente a Belice o al territorio inglés, fue reclamada por Guatemala debido a que según los antecedentes históricos documentados estaba siendo ocupada ilegalmente por Inglaterra y servía de alojamiento para comerciantes, esclavistas, navegantes y buscadores de fortuna, lo que se identificó en 1821 como la “Honduras Británica”.

Esta solo fue la primera participación activa y decisiva de Guatemala, la cual fuera seguida de muchas otras, teniendo como base el tratado de convención de límites establecido en el año de 1859 donde, entre otras cosas, se buscó frenar el avance británico que se posesionaba de cada vez más territorio de forma ilegal.

Este conflicto se prolongó a lo largo de los años, durante los cuales Guatemala realizó diferentes intentos para resolver esta situación de forma amigable para cada una de las partes involucradas; prácticamente desde que declaró su independencia de España y más aún cuando en el año 1991 se reconoció también la liberación del pueblo beliceño.

Las discusiones entre estas dos naciones se convirtieron en un conflicto que se desarrolló a lo largo del siglo XX, mientras que en la década de 1930 Guatemala propuso una serie de salidas para finalizar estas disputas con soluciones alternativas como la devolución del territorio cedido por la corona española más una indemnización de 400.000 libras esterlinas.

Otra propuesta fue la concesión de dicho monto más una franja territorial con la que la región de Petén dispusiera de una salida al mar, pero el Reino Unido no aceptó ninguna de ellas y dio largas a las discusiones, mientras se mantenía aprovechando los beneficios suministrados por esta tierras.

Estos acuerdos que fueron ventilados en la convención o tratado de 1859 entre Guatemala y Gran Bretaña para que esta cediera el territorio entre los ríos Sibún y Sarstún; dejaron muchos comentarios, diferentes puntos de vista y enfoques políticos cuyas secuelas prevalecen hasta la época.

Fue tal su relevancia que es la base sobre la cual se sustenta Belice para establecer su soberanía y definir los límites fronterizos que ostenta actualmente en su constitución; aunque para Guatemala se trata de un pacto incumplido, que ha sido lesivo en consecuencia para sus intereses.

A pesar de que ambas naciones gozaron de independencia, el problema del diferendo territorial se mantuvo latente en busca de una salida satisfactoria para cada una de las partes, ya que en algunas ocasiones esta disputa se salió de control, tornándose en una contienda bélica entre los soldados guatemaltecos y las patrullas de Belice.

Lo cierto es que a partir de la convención de 1859 se marcó oficialmente el inicio del conflicto o disputa territorial entre la República de Guatemala y Belice, otro de los países soberanos de América.

el mapa de guatemalaEl mapa de Guatemala, la representación gráfica de su territorio

A causa del incumplimiento de esta convención tuvo lugar otra en el año 1863, en busca de que Gran Bretaña cumpliera la cláusula compensatoria que había sido pactada; pero cambiándose en este caso las condiciones del compromiso. No obstante, esto también fue transgredido.

Lo anterior se registró según antecedentes recabados por Herrarte Alberto en 1980, bajo el siguiente contenido:

“…Su Majestad Británica se compromete a solicitar de su Parlamento ponga a su disposición la cantidad de CINCUENTA MIL LIBRAS ESTERLINAS para llenar la obligación contraída por su parte en el artículo 7º de la Convención del 30 de abril de 1859…”.

De acuerdo con los informes emanados por parte de la cancillería de Guatemala, Gran Bretaña justificó su incumplimiento en esta oportunidad a la falta de ratificación por parte de las autoridades guatemaltecas y por ende se consideró exonerada completamente de sus obligaciones.

En el año 1946 el gobierno de Guatemala a cargo de Juan José Arévalo Bermejo declaró nulo el pacto asumido entre el Reino Unido y España; debido a que los ingleses no habían cumplido con el acuerdo firmado en el año 1850 con Estados Unidos e identificado como tratado Clayton-Bulwer.

Cuyo contenido tomado de fuentes del Ministerio de Relaciones Exteriores indica textualmente:

“…El 19 de abril de 1850 se firma el Tratado Clayton Bulwer, entre los Estados Unidos de América y Gran Bretaña, en el que se comprometieron a no ocupar, colonizar o fortificar parte alguna de la América Central, lo que imponía al gobierno británico la obligación de no hacer avances territoriales en el establecimiento de Belice. Gran Bretaña hizo una reserva con respecto a su ocupación en Belice argumentando que le había sido concedida en usufructo por la corona española. Si bien el Gobierno de los Estados Unidos aceptó la reserva, se cuidó de no afirmar ni negar los derechos de Gran Bretaña y aunque en 1856 suscribió el tratado Dallas – Clarendon, dicho tratado no fue ratificado…”

Este fue un acuerdo dentro del cual ambas naciones se comprometían a no ocupar, colonizar o establecer fortificación dentro de ningún territorio centroamericano, aunque la nulidad de dicho pacto sólo fue reconocida por parte de Guatemala, así que el asunto fue llevado ante la CIJ.

Una vez más el proceso permaneció estancado, siendo reconocida plenamente la independencia de Belice ante el dominio del Reino Unido en el año 1981 y aceptada por Guatemala una década después, iniciándose un nuevo debate y nuevas oportunidades para reclamar el territorio en disputa.

Este fue un momento en que el Reino Unido se retiró pero no resolvió el conflicto que había generado un siglo antes.

Para el año 1991 el presidente Jorge Serrano reconoció que Belice es un territorio soberano y, por ende, así como tenía derecho a elegir su gobierno también a reconocer hasta donde llegaban los límites de su territorio.

Pero aún estaba el hecho de que el Reino Unido seguía manteniendo sus fuerzas militares en Belice con el fin de evitar una potencial invasión de Guatemala, hasta que para 1994 se retiraron.

En el año 2001 se firmaron acuerdos mediante los cuales se creó un Panel de Conciliadores a fin de encontrar las medidas específicas y los mecanismos viables para solucionar este conflicto; considerando puntos que podrían ser resueltos directamente por el gobierno de cada una de estas naciones y otros que necesariamente debían ser sometidos a la instancia jurídica internacional.

Este Panel de Conciliadores fue establecido en la sede de la OEA en Washington; no sin antes crear una Comisión Mixta, a cargo de la cual se establecieron las medidas bajo las que se fomentaría la confianza dentro del acuerdo territorial entre Guatemala y Belice que debía ser alcanzado.

Este fue un objetivo logrado bajo lo que se registraría históricamente como Acuerdo Compromisorio Guatemala – Belice, el cual analizaremos con el fin de determinar el nivel de compromiso contraído por cada una de las partes y otros aspectos de interés.

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Acuerdo Compromisorio Guatemala – Belice

Una vez que Belice alcanzó su independencia, la cual fue reconocida también por parte de Guatemala en el año 1992, se mantuvo pendiente la resolución de su conflicto debido al diferendo territorial.

Esta situación se hizo del conocimiento de la ONU mediante nota diplomática y bajo la aceptación de Belice con el fin de formalizar una solución para este conflicto en un entorno neutral como lo es la sede de la OEA; acatando a su vez previamente todos los requerimientos constitucionales a cumplir por cada una de estas naciones.

En este sentido, tanto Guatemala como Belice debieron concretar previamente acuerdos especiales compromisorios con los cuales aceptaban la jurisdicción de la CIJ y los formalismos legales para seguir los procedimientos dentro de este tribunal.

Es precisamente este Acuerdo Compromisorio Guatemala – Belice el que se firmó el 8 de diciembre del 2008 en las instalaciones de la OEA y ante sus autoridades internacionales.

Esto, en pocas palabras, sería una forma pacífica de someter el reclamo territorial, insular y marítimo efectuado por años a cargo de Guatemala y bajo la consideración imparcial de la Corte Internacional de Justicia, lo que sin lugar a dudas es un importante logro para ambas naciones.

A su vez, este Acuerdo Especial fue remitido el 6 de febrero del 2009 al Congreso de la República de Guatemala con el fin de que fuera hecho del conocimiento de sus ciudadanos mediante una consulta popular para su aprobación y similarmente en Belice.

Para ambos países se sometería a votación una sola interrogante: establecer si estaban de acuerdo en que Guatemala solicitara a la Corte Internacional de Justicia la solución de este conflicto territorial, cumpliendo con el compromiso suscrito durante el año 2008.

Aunque esta consulta popular no tuvo lugar sino hasta el 15 de abril del 2018 con el triunfo del “Si” por una mayoría del 95,88% de los votos, mientras tanto el gobierno de Guatemala mantuvo activas las relaciones culturales, económicas y sociales con el pueblo de Belice, además de intensificar sus interacciones bilaterales.

Con ese fin se firmó el Acuerdo Especial que, entre otras cosas, permitió el acercamiento de ambas naciones y su coexistencia dentro de un ambiente de paz como vecinos y miembros del Sistema de Integración Centroamericano-SICA.

¿Cuál es el nivel de compromiso contraído por las partes en el Acuerdo Especial de 2008?

En el Acuerdo Especial suscrito entre Guatemala y Belice se dejó claro que se trata de un pacto para someter ante la Corte Internacional de Justicia el reclamo territorial, insular y marítimo de las tierras en conflicto de forma pacífica, en virtud de no haberse encontrado solución a través de otros medios, salvo el jurídico.

Se les recuerda a su vez a cada una de las partes que han aceptado las recomendaciones del Secretario General de la OEA sobre someter este problema al criterio de la Corte Internacional de Justicia previa confirmación escrita firmada por Guatemala el 17 de diciembre de 2007 y ratificada el 17 de junio de 2008.

Por parte de las autoridades de Belice esta aceptación fue firmada el 29 de mayo de 2008, siendo contraído el Acuerdo Compromisorio a cargo de ambas naciones en la sede de la OEA el 8 de diciembre de 2008.

Si bien el objetivo y propósito final de este Acuerdo Especial era encontrar una solución definitiva para las diferencias de opinión manifestadas por cada una de estas naciones en cuanto al reclamo territorial, marítimo e insular, también es preciso indicar la sugerencia realizada en lo relativo a la consulta popular prevista para el año 2013 que no se llevó a cabo.

Sin embargo, el nivel de compromiso contraído por ambas partes es tan amplio que garantizan su voluntad de mantener las relaciones dentro de un clima de cordialidad y promover tanto la buena vecindad como la cooperación en todos aquellos campos de interés mutuo.

Está claro que cada una de las partes firmantes de este Acuerdo especial acepta los resultados alcanzados con la aprobación mayoritaria por parte de los representantes de la Corte Internacional de Justicia, en función de la aplicación de las reglas establecidas por la ley.

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Con esto se busca establecer de forma definitiva la línea fronteriza entre ambos territorios, incluyéndose los representados en áreas marítimas e islas.

¿Cómo se espera alcanzar un resultado para este conflicto?

Cada una de las partes litigantes presentará sus alegatos en dos etapas, una de ellas mediante documentos escritos y la otra a través de audiencias orales. La fecha para la realización de este procedimiento será establecida por la CIJ y podrá ser prorrogada a solicitud de cualquiera de las partes.

Este procedimiento fue suspendido durante la incidencia del Covid-19, cuando Guatemala debía remitir su demanda el pasado 8 de junio del 2020 mientras que Belice contó con fecha tope para la entrega de su memorial de respuesta el 8 de junio de 2021.

En pocas palabras, la defensa de la reclamación territorial interpuesta por cada una de estas naciones en conflicto es presentada en igualdad de condiciones, tanto en idioma español como inglés.

El artículo 65 de Acuerdo Especial entre Belice y Guatemala expresa claramente lo siguiente:

“Las partes aceptarán como definitivo y obligatorio el fallo de la Corte y se comprometen a cumplirlo y ejecutarlo íntegramente de buena fe”.

Siguiendo este orden de ideas y como parte del nivel de compromiso contraído por las naciones firmantes del Acuerdo Especial del 2008, una vez que sea dado a conocer el fallo, disponen de tres meses para proceder a la demarcación de las fronteras, siguiendo los límites establecidos en el seno de la CIJ.

Cabe destacar que el inicio del Acuerdo Especial solo entra en vigor cuando cada una de las partes presente sus instrumentos de ratificación y será mantenido al menos hasta que alguna de estas naciones lo dé por terminado o se alcance una solución definitiva.

Se incluye en el artículo 7 de este Acuerdo Compromisorio la realización de una Consulta Popular dentro del territorio de Guatemala y Belice, de forma simultánea en una fecha convenida previamente por las partes, lo que tuvo lugar específicamente el 15 de abril del 2018.

Como resultado se obtuvo un rotundo “Sí” para dar curso a los procesos ante la CIJ y definir de una vez por todas cuáles son los límites territoriales entre ambas naciones.

Este Acuerdo Especial entre Guatemala y Belice fue registrado ante la Secretaría de la Naciones Unidas el 8 de diciembre de 2008 y todos sus principios han sido respetados por las autoridades de ambas naciones, además de haberse hecho del conocimiento de la Organización de Estados Americanos al mismo tiempo.

Análisis y conclusiones sobre el Acuerdo Compromisorio Guatemala – Belice

Guatemala abordó una serie de iniciativas y propuestas prácticamente desde el año 1859 con la finalidad de buscar una solución a su controversia en lo referente a territorios bajo el dominio de Belice que son reclamados como patrimonio de la nación guatemalteca.

De hecho, cabe destacar que en la Constitución Política de la República de Guatemala del año 1945, entre sus disposiciones transitorias, el Artículo 1 contempla: “Guatemala declara que Belice es parte de su territorio, y considera de interés nacional las gestiones encaminadas a lograr su efectiva reincorporación a la República…”

Aunque, como se sabe, Belice es actualmente un país soberano de América que alcanzó su independencia del Reino Unido el 21 de septiembre de 1981, contando con una forma de gobierno representada por una monarquía constitucional parlamentaria a cargo del Rey Carlos III.

Bajo este panorama han continuado los esfuerzos del gobierno guatemalteco por recuperar sus derechos territoriales, insulares y marítimos; sometidos a disputa a lo largo de muchos años.

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Se han buscado diferentes vías para llegar a un acuerdo entre ambas naciones, incluso otros países han hecho sugerencias, entre ellas la presencia de mediadores como Webster, propuesto por los Estados Unidos en 1965, sin alcanzar una resolución.

También están las descolonizaciones que se impusieron a Belice en el año 1975 por resolución N° 3432 de la Asamblea General de la Naciones Unidas o la propuesta realizada a Guatemala en 1977 sobre determinar un territorio continental en la región sur de Belice como indemnización para Guatemala a cambio de que esta última reconociera su independencia, pero tampoco resultó.

Lo cierto es que todos estos postulados aunados al reconocimiento por parte del gobierno de Jorge Serrano Elías al frente de Guatemala en el año 1991 han servido para buscar una solución viable dentro de un clima de paz. De hecho, le es reconocida a nivel mundial a Belice su autodeterminación como pueblo libre e independiente y aceptado su estatus de Estado.

Con el reconocimiento de la independencia de Belice se marcó una nueva etapa para las negociaciones, ya que ahora se mantendrían entre Guatemala y Belice sin la interferencia del Reino Unido, para encontrar la solución del conflicto o al menos no serían los firmantes de los acuerdos posteriores.

Se hace la salvedad, siguiendo este orden de ideas, de que Belice continúa bajo el protectorado de la corona inglesa como parte de la Commonwealth; aunque se trata de una nación del continente Americano, libre y soberana.

Dentro de este panorama se inicia una nueva jornada de actividades políticas y diplomáticas, utilizando representantes de ambas naciones para presentar su posición oficial ante el mundo, pero no se llegó a ningún acuerdo dentro de las posibles soluciones planteadas y ha sido necesaria la intervención de observadores internacionales.

Es de esta forma que para 1994, por iniciativa del gobierno de Guatemala, se dirigió un comunicado al secretario de la Organizaciones de las Naciones Unidas donde se fijó la posición de este país luego de la Independencia de Belice, reconociéndola y manteniendo que aún se sostiene el Diferendo Territorial.

En pocas palabras, se indicó que no existen fronteras aceptadas entre estos dos países y que tampoco se acata el contenido de la Ley de Espacios Marítimos de Belice; lo que por otro lado divide el territorio continental e insular que es reclamado por Guatemala y que además se apropian de áreas que no les corresponden del Mar Caribe.

Como se trataba de una controversia dentro de la cual están comprometidos tantos intereses nacionales con aspectos de trascendencia internacional que pueden afectar la integridad de la calidad de vida de los ciudadanos de ambos países, se les sugirió llevar el caso a instancias de la Corte Internacional de Justicia.

De esta forma se llegó al Acuerdo Compromisorio Guatemala – Belice que tuvo lugar el 8 de diciembre del 2008 y, en pocas palabras, es el escenario dentro del cual cada país presentará sus alegatos acompañados por una consulta popular y luego de ser analizados con detenimiento se llegará a un veredicto que sea beneficioso para ambas naciones.

A pesar de que se trató de una recomendación del secretario OEA, tuvo gran acogida dentro de cada una de las partes involucradas, quienes se comprometieron a seguir los instrumentos internacionales y precisamente el primero de ellos es el Acuerdo Compromisorio.

Con la firma de este acuerdo ambas naciones se comprometieron a ventilar su disputa ante las autoridades de esta instancia jurídica, es decir; al arbitraje internacional como medio para llegar a la solución definitiva de este conflicto.

Hoy en día las negociaciones siguen en proceso frente a la Corte Internacional de Justicia, con presentaciones de textos por parte de cada una de estas naciones. De hecho, las suministradas por el gobierno guatemalteco durante el año 2020 comprendieron un total de ocho volúmenes contentivos de aproximadamente 4.813 páginas.

Se espera que durante este año se presente nuevos argumentos como respuesta por parte de Belice a las demanda expuesta por Guatemala ante la CIJ en La Haya, quizás esto sea el intento de un cierre definitivo a esta disputa fronteriza bajo la mirada de todos los países del mundo, pues acontecimientos como este marcan registros históricos aplicables para los conflictos entre otras naciones.

Sin lugar a dudas, se espera que se logre un acuerdo equitativo para ambas naciones y se aplaude el acuerdo compromisorio que han firmado para que las controversias lleguen a feliz término, dentro de un ambiente de paz y no por la vía bélica, como se ha vivido durante los últimos años con otros países del mundo.

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